Los trabajadores adquieren en su trabajo hábitos pero no todos son buenos, ya que algunos son errores que manchan su legajo personal, por lo tanto es bueno conocerlos para tratar en lo posible de evitarlos y poner en aprietos serios frente al empleador.
Los momentos actuales que se atraviesa la Argentina, hacen que cada ves se deba cuidar mas el trabajo. Se debe tener en cuenta que no siempre en una Empresa el empleado mejor visto por sus directivos, no es precisamente quién mejor realiza su trabajo sino que lo es aquél que ocasiona menos problemas.
En realidad todo tiene mucha influencia en los hábitos adquiridos para trabajar, el sitio Web quecursar revela algunas de las actitudes que pueden poner a los trabajadores en los ojos de los empleadores. Son diez errores graves que mancharán sus legajos por lo tanto conviene tratar de evitarlos:
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Dilación con el trabajo: no deje para mañana lo que puede hacer hoy. Esta frase resume una actitud positiva frente a cualquier trabajo. Resalta un alto grado de profesionalidad en el trabajador y esto es muy positivo. En cambio, si va dejando pasar el tiempo, las tareas se le acumulan encima de la mesa y tiene que terminarlo todo, rápido y corriendo, siendo en ocasiones el resultado no el esperado.
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Poca rigurosidad con el e-mail: si mira la cuenta de correo electrónico, mire la cuenta de correo electrónico. No puede pasar el día navegando por Internet porque se le va a acumular el trabajo. Sólo cada cierto rato, y durante un breve espacio de tiempo, puede desconectarse.
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No confunda lo informal con lo irrespetuoso: en una empresa como en cualquier otro sitio, debe saber dónde está la línea que marca la diferencia entra la informalidad y el ser irrespetuoso, y asegurarse de no cruzarla nunca. Faltar al respeto es una falta grave.
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No se aproveche de la libertad de acción: si le dan la mano, no se agarre hasta el codo. Actuar así puede costarle muy caro, porque mientras ellos demuestran que confían, usted le da todas las muestras de que no pueden hacerlo.
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Falta de adaptación: demuestre siempre que está a gusto con su equipo y que se siente parte de él. Hacer la guerra en solitario no es una buena idea en ninguna compañía.
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Llegar siempre tarde: hoy en día, no pasa nada si llegas cinco minutos tarde, o incluso diez. Las empresas saben que luego estira su jornada y trabajando incluso hasta más tarde. Pero no lo convierta en un hábito, porque primero son cinco minutos, luego diez y luego 20, 30. Esto puede poner en duda su profesionalidad.
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Rigidez: debe demostrar que es una persona abierta, tanto social como mentalmente. La rigidez o los pensamientos únicos no funcionan en las empresas de hoy, en las que prevalece el trabajo en equipo.
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Llevar siempre la contra: su opinión importa y las críticas constructivas siempre son bienvenidas. Pero resulta lógico que si está en desacuerdo con todas las decisiones que se toman, ocurre algo más. Quizá esta no sea su empresa.
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Hablar mal de la compañía: mucho cuidado con lo que dice y a quién se lo dice. Puede discutir algunas acciones de la empresa porque no se parecen las más adecuadas, pero si no le gusta su lugar de trabajo, no pierda el tiempo criticando.
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Hablar mal de un compañero: tampoco está bien criticar a otro compañero constantemente. Si no le gusta su trabajo, debería hablarlo con él directamente, sin tapujos.
Tener en cuenta que si su empleador se entera de que usted comete cualquiera de estas acciones no lo va a ver con buenos ojos, y lo tendrá presente cuando la empresa decida realizar una modificación de su personal. Muchas veces es mejor que no se hable de uno a que se hable mal. Sepa que nadie pero nadie es imprescindible, pase desapercibido.
Quecursar
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