Durante este verano, la Agencia de Recaudación de Buenos Aires, ARBA, lanzó un fuerte operativo con la finalidad de detectar posibles incumplimientos impositivos en los principales puntos turísticos bonaerenses. Utilizando la tecnología sumo a las imágenes satelitales los drones que le permiten advertir construcciones o reformas realizadas y que no fueron declaradas por los contribuyentes para evadir el impuesto inmobiliario y además, profundizó los controles en comercios designando 1.500 inspectores en la Costa Atlántica.
Iván Budassi, titular de ARBA, utiliza todas las armas posible para detectar evasores, dispuso 1.500 agentes distribuidos en las zonas balnearias y le sumo a las imágenes satelitales un drone, para detectar construcciones no declaradas.
Además, utiliza la herramienta del cruce de información del catastro bonaerense con los ingresos brutos, para otorgarle a los inspectores información sobre montos, plazos y detalles de los contratos de alquiler en los locales comerciales.
También recordemos que había firmado un acuerdo con la Administración Federal de Ingresos Públicos, AFIP, que le permite disponer información de los datos disponibles en la base de ambos organismos.
ARBA en muy pocos días de trabajo pudo detectar que un 26% de los 2.000 locales y comercios investigados habían cometido alguna infracción tributaria, como por ejemplo no emitir comprobantes o no estar inscripto en Ingresos Brutos.
Pero lo más resonante del verano en evasión fueron las grandes edificaciones sin declarar y que pagaban como baldíos.
- Mar del Plata: 67 edificios (43.000 m2), 242 casas y 45 piletas en un barrio privado.
- Cariló: 40 residencias de lujo (12.000 metros cuadrados).
- Pinamar: 100 casas de lujo (40.000 metros cuadrados).
- Necochea y Quequén: 130 casas y 4 edificios de lujo (25.500 m2).
- Monte Hermoso: 300 casas y 2 edificios (60.000 metros cuadrados).
- Salto: un hotel cuatro estrellas y un edificio de nueve pisos (6.200 metros cuadrados).
Budassi indicó que:
- «la detección de irregularidades catastrales comienza con el análisis del material que aportan 18 satélites en órbita» y a través de un sistema de evaluación de imágenes satelitales provistas por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la NASA.
- «Una vez identificadas las propiedades en infracción, se realizan inspecciones presenciales para determinar las características y antigüedad de las construcciones».
- «En esta segunda instancia de fiscalización es donde el drone nos brinda datos de mucha utilidad, sobre todo por su calidad para captar imágenes en lugares de difícil acceso».
- «cuando una construcción tiene cerramientos y ya se encuentra en condiciones de que le conecten los servicios debe ser declarada ante el fisco».
Este drone fiscalizador captura las imágenes con una cámara de 16 megapíxeles y posibilita ver objetos de hasta 5 centímetros de tamaño. Estas particularidades le otorgan gran precisión para analizar las características de las viviendas relevadas, con un margen de error mínimo de sólo 2 centímetros.
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En realidad esto suena más al negocio de un vivo que a una necesidad real. Con las imágenes de los satélites es suficiente para detectar a los evasores. Me parece que nos están haciendo el cuento.