La Presidenta cristina Fernández de Kirchner en febrero de 2009 debido a la escasez de moneda había prometido que el Sistema Único de Boleto Electrónico, SUBE se implementaría en noventa días, cosa que todavía no sucedió ya que solamente esta implementado en muy pocas líneas de colectivos. La traba primordial es la pelea por la caja, los transportistas, exigían el control del sistema, e impedían la colocación de lectores. El Gobierno aceptó algunas demandas y se estima que en julio del 2010 estará funcionando a pleno.
Juan Pablo Schivi, secretario de Transporte, se tuvo que mover mucho para poder acelerar los trámites para poner en marcha el SUBE, sistema único de boleto electrónico,por medio del cual, el Gobierno quiere unificar el pago y la recaudación de toda la red de transportes ya sean trenes, colectivos y subtes.
Dicha implementación se encontraba muy trabada debida a una gran disputa que mantienen los transportistas y los funcionarios del estado nacional por el control de las cajas. Ya fueron adjudicadas cinco licitaciones para la compra de 5 millones de tarjetas, 5.000 lectora grabadoras de recargas y 10.000 validadoras, para instalar en las estaciones de trenes y en los colectivos.
Las cajas manejaran aproximadamente unos 11 millones de pasajes diarios más el paquete que otorga el Estado Nacional de subsidios. Ahora según manifestaciones de fuentes oficiales y de las cámaras empresarias se deje entrever que existe un principio de acuerdo, permitiéndose el armado de la red informática del SUBE, comenzado por la instalación de los primeros validadores en los colectivos.
Shiavi, pronosticó que: “Tenemos todo acordado y en los próximos días firmaremos el acuerdo”. Explicando que el arreglo al que se arribó contempla la creación de una entidad civil para que los privados incidan en la gestión del sistema, algo que no estaba contemplado en el proyecto original. Agregando que: “Las empresas participarán en tareas de control y estableciendo criterios para mejorar el servicio”.
La pelea comenzó unos meses atrás y a medida que se avanzaba en las licitaciones se iba poniendo cada vez más tensa. Las licitaciones, que involucrarán una inversión superior a los $ 700 millones, los cuales serán solventados por la Secretaría de Transporte, como también, la administración del SUBE se encuentran en manos de Angel de Dios, el titular de Nación Servicios, que depende del Banco Nación.
La responsabilidad es muy grande, debido a que el sistema informático debe centralizar toda la recaudación y realizar el clearing, o sea, abonar a cada empresa el valor correspondiente a los pasajes consumidos. Angel De Dios, es un santacruceño amigo de la infancia de Néstor Kirchner, integraba el grupo de los “halcones” en la pulseada, y no quería ceder ninguna participación a los transportistas. Al final, al parecer, hizo las concesiones con el objetivo de evitar más demoras.
Por otra parte, los transportistas, argumentaban que se los marginaba del negocio. Daniel Millaci, titular de la Cámara Empresaria de Autotransporte de Pasajeros, CEAP, lo explica de esta manera: “Había muchos aspectos en que no participábamos, y consideramos que no era prudente que quienes arriesgan su capital y los colectivos no tomaran parte en las formas de pago”, señaló, sin mencionar una palabra acerca de los subsidios.
Millaci, al igual que la mayoría de las fuentes consultadas por la prensa, reconocen que esta cuestión “demoró todo”. Habría que explicar que los retrasos tienen que ver no sólo con el armado del sistema, sino con la colocación de máquinas en los colectivos, sobre todo. “Ellos tienen la llave, el arreglo lo facilita todo”, según lo admitido por una fuente oficial.
Si bien la Presidenta lanzó el SUBE en febrero con el objetivo de combatir la escasez de monedas. Prometiendo que entraría a funcionar a pleno en 90 días. Los plazos y los montos inicialmente previstos son muy distintos.
Schiavi admitió que recién “en julio de 2010 estaría funcionando casi a pleno”. Pero la pelea postergó la colocación de las primeras validadoras en los colectivos que, según el plan oficial, estaba prevista para septiembre. En la actualidad, el SUBE funciona, en muy pocas líneas de colectivo y en el subte: es decir, el sistema montado por Metronec, del grupo Roggio. Precisamente la UTE conformada por Metronec, Siemens e Indra triunfaron en la licitación de las validadoras, por US$ 64 millones, la más jugosa.
Carlos Abril, director de la División informática de Siemens, señaló que: “Nosotros, sin computar las otras dos empresas de la UTE, tenemos 300 máquinas listas para instalar, que ahora están en un depósito”. Además, las controversias demoraron el llamado a tres nuevas licitaciones para comprar equipos.
José Troilo, titular de la Asociación Civil Transporte Público, ACTA, destacó que si bien “hubo reuniones y trasladamos sugerencias, todavía no concretamos ningún acuerdo”. Y cuestionó, una vez más, la implementación del SUBE. “Nuestro objetivo –dijo– es facilitar cualquier medio de pago alternativo (que coexista con el sistema actual de las monedas), para que el público elija. Lo compulsivo no funciona”. Pero cuando se entero, Schiavi, enojado, replicó: “El SUBE está en marcha y no hay vuelta atrás”.
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