Cristina Fernández, la presidenta lanzo por Cadena Nacional un plan social para intentar cerrar el conflicto que mantiene desde hace tres meses con el sector agropecuario.
Anunció que el dinero extra que el Estado recaudará por las nuevas retenciones será gastado en hospitales, viviendas populares y caminos rurales, además de pedir disculpas diciendo «si alguien se sintió ofendido por algún gesto o palabra».
Cuando finalizo el discurso en el Salón Blanco de la Casa Rosada hubo euforia y cuando salieron los ministros, gobernadores, legisladores y dirigentes sociales afines al Gobierno se mostraban exultantes y manifestaban «Extraordinario, se acabaron los argumentos del campo».
La Presidenta anuncio la firma del decreto 904, que crea el «programa de redistribución social». Su texto establece que lo que se recaude por las retenciones móviles superiores al 35 por ciento se destinará en un 60 por ciento a la construcción de más de 300 centros de asistencia primaria de salud y 30 hospitales, un 20 por ciento para viviendas populares y lo restante para caminos rurales.
Los dirigentes ruralistas estuvieron complacidos con le pedido de disculpas y avalaron el destino que el Gobierno le quiere dar a lo recaudado. Pero criticó el nuevo nivel de retenciones por «confiscatorio» y cuestionó que se les pida sólo a ellos colaborar y no «a otros sectores que tienen alta rentabilidad». Además, pidieron discutir toda la política agropecuaria, incluyendo las retenciones.
El discurso fue dedicado al conflicto que mantiene con el campo. Explico los objetivos del esquema de retenciones móviles anunciado el 11 de marzo: garantizar «la soberanía alimentaría en la mesa de los argentinos» y la «redistribución del ingreso». Asumió como un «error del Gobierno» la «ingenuidad política de no advertir que tocaba una parte de la renta extraordinaria de un sector» y que eso «tal vez requería una mayor explicación».
Tomando como referencia la semana santa del año 1987 en un discurso de Raúl Alfonsín después de acordar con los carapintadas, se preguntó si el «gesto de estadista» que se le reclamaba era «decirles ‘quédense con todo’ a los sectores que más rentabilidad han tenido y decirles después, a todos los argentinos: ‘El Gobierno y el campo están en orden. Feliz Día de la Bandera'».
En respuesta a los reclamos de «mayor federalismo» de los productores, la Presidenta anunció que el programa, administrado por los ministros Julio De Vido (Planificación), Graciela Ocaña (Salud) y Carlos Fernández (Economía), será «operativizado» por los gobernadores e intendentes.
Por versiones se supo que el día sábado en la Quinta de Olivos se decidió que el proyecto de Ocaña para construir centros de salud en las provincias podía funcionar para desarmar el argumento de que el Gobierno nacional era un «lobo feroz» que se estaba quedando con el dinero del interior rural. El domingo, Néstor, Cristina, Alberto y Carlos Fernández y Carlos Zannini pasaron el día bordando los detalles del decreto.
Alberto Fernández, jefe de Gabinete, graficando una vuelta de página dijo «Ya está. Ahora podemos hablar de todos los demás problemas del campo. Pero de la soja, no se habla más».
10/06/2008 Clarín
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Y de no haber estallado el conflicto. Cual hubiese sido el fin de ese dinero…?
Firmaría este decreto…?